Todo estaba bien hasta que me sonrió.
Es mas fuerte que mis miedos, es mas fuerte que mi mente y mi palabra. Pero creeme que no caí, no baje los brazos, no llore, tampoco reí, creeme que no demostré y no fui sincera. Sostuve mi orgullo hasta que desapareció. Y finalmente cuando me encontré en soledad, quebré. Pero me sentí mejor por haber hecho lo que hice. Sin embargo la culpa sigue, no quiero faltar el respeto ni lastimar a los demás. Pero cuando algo se mete en mi ser y no quiere salir creeme que es difícil sacarlo o borrarlo.
De todos modos brindo por ser fuerte y no demostrar ante sus ojos lo débil que realmente soy y fui con su mirada y su sonrisa. Brindo por respetar a los demás y dejarme ser feliz. Porque de alguna manera esto es lo que elegí.-