viernes, 12 de marzo de 2010

viernes 3 a.m.


La fiebre de un sábado azul y un domingo sin tristezas. Esquivas a tu corazóny destrozas tu cabeza, y en tu voz, sólo un pálido adios y el reloj en tu puño marcó las tres. El sueño de un sol y de un mar y una vida peligrosa cambiando lo amargo por miel y la gris ciudad por rosaste hace bien, tanto como hace malte hace odiar, tanto como querer y más. Cambiaste de tiempo y de amor y de música y de ideas Cambiaste de sexo y de Dios de color y de fronteras pero en sí, nada más cambiarás y un sensual abandono vendrá y el fin. Y llevas el caño a tu sien apretando bien las muelas y cierras los ojos y vestodo el mar en primavera bang, bang, bang hojas muertas que caen, siempre igual, los que no pueden más se van.

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