domingo, 23 de mayo de 2010

Peperina


Quiero contarles una buena historia la de una chica que vivió la euforia de ser parte del rock tomando té de anfetamina. Típicamente mente pueblerina no tenía huevos para la oficina subterráneo lugar de rutinaria ideología. Romántica entonaba sus poemas más brillantes susurrándo al oído de mil representantes: te amo, te odio, dame más. Mirando al campo se olvidó del hombre mirando al rico se vistió de pobre para poder saber lo que chusmeaban las vecinas. En su cabeza lleva una bandera ella no quiere ser como cualquiera ella adora mostrar la paja de la cara ajena Y dentro de su cuento ella era cenicienta, su príncipe era un hippie de los años sesenta te amo, te odio, dame más. Trabaja en los recitales, vive escribiendo postales duerme con los visitantes y juega con los locales su cuerpo tiene pegada grasa de las capitales. Te amo, te odio, dame más Te amo, te odio, dame más. Te amo, te odio, dame más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario